Monday, March 9, 2009

Amor constante más allá de la muerte


Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare al blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;

mas no de esotra parte en la ribera
dejará la memoria, en donde ardía;
nadar sobre mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa.

Alma a quien todo un Dios prisión ha sido
venas que humor a tanto fuego han dado,
médulas que han gloriosamente ardido:

su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, más tendrán sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado


Francisco de Quevedo.

Sunday, March 8, 2009

Lo Imposible


¡Ah! esta vida de mi infancia, la enorme brecha hacia todos los tiempos, sobrenaturalmente sobrio, aun más desinteresado que el mejor de los mendigos, orgulloso de ser apátrida y carecer de amistades, que estupidez todo aquello. Y sólo hasta hoy me doy cuenta.
Tuve razón en despreciar esos buenos hombres que no pierden la ocasión de una caricia, parásitos de la limpieza y la salud de nuestras mujeres, ahora que ellas están tan poco de acuerdo con nosotros.
Tuve razón en todos mis desdenes, así pues ¡me evado!, ¡me evado!
Me explico.
Ayer aún suspiraba: Cielo somos tantos los condenados en la tierra. Llevo tanto tiempo entre esta turba. Los conozco a todos: nos reconocemos siempre; nos repugnamos. Desconocemos la caridad. Pero somos educados, y nuestras relaciones con el mundo son las más convenientes.