Thursday, November 5, 2009

El tiempo puede esperar


"'There seems to be plenty of it,' was all I would answer when the investigator asked me to say what I felt about time.


'Plenty of it, but exactly how much was entirely irrelevant. I could, of course, have looked at my watch; but my watch, I knew, was in another universe. My actual experience had been, was still, of an indefinitive duration or alternatively of a perpetual present made of of one continually changing apocalypse."

A.Huxley
The Doors of Perception


Tuesday, September 29, 2009

somewhere I have never travelled

somewhere I have never travelled, gladly beyond
any experience, your eyes have their silence:
in your most frail gesture are things which enclose me
or which I cannot touch because they are too nera

your slightest look easily will unclose me
though i have closed myself as fingers,
you open always petal by petal myself as Spring opens
(touching, skillfully, mysteriously) her first rose

or if your wish be to close me,I and
my life will shut very beautifully, suddenly,
as when the heart of this flowers imagines
the snow carefully everywhere descending;

nothing which we are to perceive in this world equals
the power of your intense fragility: whose texture
compels me with the colour of its countries,
rendering death and forever with each breathing

(i do not know what is about you that closes
and opens; only something in me understands
the voice of your eyes is deeper than all roses)
nobody, not even the rain, has such small hands.

Thursday, September 10, 2009

La Mexicana

La mexicana simplemente no tiene voluntad. Su cuerpo duerme y sólo se enciende si alguien lo despierta. Nunca es pregunta, sino respuesta, materia fácil y vibrante que la imaginación y la sensualidad masculina esculpen. Frente a la actividad que despliegan las otras mujeres, que desean cautivar a los hombres a través de la agilidad de su espíritu o del movimiento de su cuerpo, la mexicana opone un cierto hieratismo, un resposo hecho al mismo tiempo de ESPERA Y DESDEN. El hombre revolotea a su alrededor, la festeja, la canta, hacer caracolear su caballo o su imaginación. Ella se vela en el recato y la inmovilidad. Es un ídolo. Como todos los ídolos es dueña de fuerzas magnéticas, cuya eficacia y poder crecen a medida que el foco emisor es más PASIVO Y SECRETO. Analogía cósmica: la mujer no busca, atrae. Y el centro de su atracción es su sexo, oculto, pasivo. Inmóvil sol secreto.

Máscaras Mexicanas. El Laberinto de la Soledad, Paz, Octavio. México 1950.

Friday, September 4, 2009

Thursday, September 3, 2009

de Quevedo

Retirado en la paz de estos desiertos,
con pocos pero doctos libros juntos,
vivo en conversación con los difuntos
y escucho con mis ojos a los muertos.

Friday, June 19, 2009

Reconciliación


Envidio y temo tu viaje a España. Durante años soñé en mi regreso, después, desistí. Sé que sin España mi reconciliación con la vida - o como quieras llamar a lo que nos pasa y que no es exactamente la vida - no sería completa. Esa reconciliación empezó aquí, hace unos años, en pleno destierro - destierro no de una tierra sino de la tierra. Primero fueron las noches - nunca había visto cielos como éstos - , los árboles, los pájaros. Aprendí a estar solo y a no tener miedo de los otros, de la muerte, del tiempo. Entonces encontré a Marie José - no antes sino después, cuando ya sabía que podía estar solo y que, por tanto, podía compartir, podría estar acompañado y ser compañia. Tout se tient.

No, yo no creo que el amor sea un fin - es un comienzo. ¿De qué? No lo sé aunque lo presiento: de nosotros mismos.


Fragmento de una carta dirigida a Tomás Segovia. Delhi 1965.
Octavio Paz.

Thursday, June 11, 2009

Rig Veda


Himno de la creación.

No había nada, ni siquiera la nada
no había aire, ni, más allá, cielo.
¿Qué cubría el cosmos, dónde estaba?
¿Quién lo regía? ¿Había sólo agua y abismo?

No había muerte, ni inmortalidad
no se encendía ni apagaba la antorcha del día y la noche.

El Uno respiraba sin aire, se sostenía sin apoyo
Sólo había el Uno y no había nadie.

Wednesday, June 3, 2009

Corazón coraza.


Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.

Mario Benedetti.


La buena fama durmiendo

Manuel Alvarez Bravo.

Monday, May 11, 2009

Los Diálogos Amorosos



Los diálogos amorosos muestran el mismo carácter. Los amantes se "quitan las palabras de la boca". Todo coincide: pausas y exclamaciones, risas y silencios. El diálogo es más que un acuerdo: es un acorde. Y los enamorados mismos se sienten como dos rimas felices, pronunciadas por una boca invisible.

Fragmento: El arco y la lira.
Octavio Paz

Monday, May 4, 2009

Me gusta cuando callas


15

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gusta cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

Veinte poemas de amor y una canción desesperada
Pablo Neruda

Seguir no basta ya


Seguir
No basta ya
Seguir cargado de mundos de
países de ciudades
Muchedumbres aullidos
Cubierto de climas hemisferios
ideas recuerdos
Entre telarañas de sepulcros y
planetas conscientes
Seguir del dolor al dolor del
enigma al enigma
Del dolor de la pieda al dolor de la planta
Porque todo es dolor
Dolor de batalla y miedo de no ser
Lazos de dolor atan la tierra al
cielo las aguas a la tierra
Y los mundos galopan en órbitas de angustia
Pensando en la sorpresa
La latente emboscada en todos
los rincones del espacio
Me duelen los pies como ríos de piedra
¿Qué has hecho de mis pies?
¿Qué has hecho de esta bestina universal
De este animal errante?
Esta rata en delirio que trepa las montañas
Sobre un himno boreal o alarido de tierra
Suicidio de tierra y llanto
de tierra y sangre
Azotado de espinas y los ojos en cruz
la conciencia es amargura
la inteligencia es decepción
Sólo en las afueras de la vida
Se puede plantar una pequeña ilusión.


Fragmento del Canto primero de Altazor.
Vicente Huidobro

Mejor el crimen


Mejor el crimen,
los amantes suicidas, el incesto
de los hermanos como dos espejos
enamorados de su semejanza
mejor comer el pan envenando,
el adulterio en lechos de ceniza,
los amores feroces, el delirio,
su yedra ponzoñosa, el sodomita
que lleva por clavel en la solapa
un gargajo, mejor ser lapidado
en las plazas, que dar vuelta a la noria
que exprime la substancia de la vida
cambia la eternidad en horas huecas,
los minutos en cárceles, el tiempo
en monedas de cobre y mierda abstracta

Fragmento Piedra de Sol.
Octavio Paz

Saturday, May 2, 2009

El goce de estar triste


Ya no seré feliz. Tal vez no importa
Hay tantas otras cosas en el mundo;
un instante cualquiera es más profundo
y diverso que el mar. La vida es corta
y aunque las horas son tan largas, una
oscura maravilla nos acecha,
la muerte, ese otro mar, esa otra flecha
que nos libra del sol y de la luna
y del amor. La dicha que me diste
y me quitaste debe ser borrada;
lo que era todo tiene que ser nada.
Sólo me queda el goce de estar triste
esa vana costumbre que me inclina
al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina.

De, El Otro, el mismo. 1964
Jorge Luis Borges

La mujer y el hombre





La mujer y el hombre sólo pueden ser virtuosos cuando se entregan a un vicio que los absorbe por completo y los devuelve como una pasión mística a la naturaleza de lo sagrado.


De Yo el Supremo, 1974
Augusto Roa Bastos.

Friday, April 10, 2009

El velo de las palabras


Mas ya he hablado bastante. Mal sirven las palabras el sentido misterioso de las cosas; siempre deforman más o menos lo que se dice, y a menudo se desliza en el discurso un dejo de falsedad o de locura. Pero asimismo esto lo encuentro muy bien y de ningun modo me disgusta. De buena gana consiento en que la sabiduría de un hombre tenga cierto aire de locura a los ojos de alguno de sus prójimos.

Govinda escuchaba callado.

¿Por qué pregunto con voz vacilante unos momentos después, por qué me has hablado así de la piedra?

Por cierto que fue sin intención, y acaso porque me siento unido a ellas, a este río a estas cosas que vemos y que todas tienen algo que enseñarnos. Si, Govinda, soy capaz de amar una piedra, un árbol y hasta un pedazo de cortesa. Son cosas y por tanto cabe amarlas. Pero algo hay que me siento incapaz de amar: las palabras. He aquí por qué no hago caso a las doctrinas. Carecen de dureza, de blancura, de color, de perfume, de gusto; sólo una cosa tienen: palabras. Tal vez por ello tú nunca alcances la paz. Oh, Govinda, tú te pierdes en el laberinto de las frases, pues sabe, amigo mío que ración y virtud, Sansara y Nirvana. No existe el Nirvana, únicamente existe la palabra Nirvana.

Wednesday, April 8, 2009

La Soledad de Siddhartha


Mas ahora, otra idea se imponía con vigor a su espíritu despierto: No soy el que era; he dejado de ser asceta, tampoco soy sacerdote o brahmán. ¿Qué haré, pues en mi casa junto a mi padre? ¿Estudiar? ¿Sacrificar? ¿Entregarme a la meditación? No, todo esto ha terminado, ha salido para siempre de mi camino.
Inmóvil, Siddharta permanecía allí, parado, y por un instante, apenas el lapso de una aspiración, sintió frío en el corazón; percatosé a qué punto se hallaba solo y sintió que algo, semejante a un pequeño animal, pájaro o liebre, se helaba en su pecho. Durante años careció de hogar y ni siquiera reparó en ello. Ahora sí. Inclusive en los momentos de más profunda abstracción había sido el hijo de su padre, un brahmán, un intelectual, un hombre respetado. Ahora era únicamente Siddhartha, el despierto nada más. Aspiró aire con todas sus fuerzas y durante un momento tiritó. Su soledad era absoluta. No existía un solo noble que no tuviese relaciones con otro noble, ni un obrero que no conociese a otros obreros, a quienes pudiese recurrir, cuya existencia compartir; no existía un solo brahmán, que como tal, no contase entre los brahmanes y no viviese con ellos, ni un asceta que no encontrara un refugio junto a los samanas. Tampoco el eremita más solitario del bosque se hallaba solo, pues, aunque aislado, también él pertenecía a algo: su estado le unía a la humanidad. Govinda se había hecho monje y otros monjes de hábito, creencias y lenguas idénticos eran sus hermanos. Mas él, Siddhartha, ¿a quién, a qué pertenecía? ¿Qué vida compartiría? ¿Qué lengua hablaría?

En ese instante parecióle que el mundo se hundía en la nada. Mas al sentirse perdido como una estrella en el cielo, al sentir que su corazón se helaba y su coraje flaqueaba, se endureció, se irguió más fuerte, más que nunca en posesión de su yo. Había comprendido que esta última experiencia suya era el postrer estremecimiento del despertar, el último espasmo del nacer. Volvió entonces a ponerse en marcha, rápidamente, con la impaciencia de un hombre urgido de llegar, ¿dónde? No lo sabía; pero no era a su hogar, ni al de su padre.

Siddhartha
Herman Hesse

Gotama y Siddhartha


Tienes razón al decir que poco importan las opiniones. Pero permíteme agregar algo más. Ni por un instante dudé de que fueses Buda, que hubieras alcanzado la meta en pos de la cual se esfuerzan miles de brahmanes. ¡Tu has logrado liberarte de la muerte! Y esta liberación, fruto de tus propias búsquedas sobre tu propio camino, la alcanzaste mediante el pensamiento, la meditación, el conocimiento y la iluminación. No por la doctrina. Y pienso que nadie llegará a la liberación merced a una doctrina. A nadie, oh venerable, podrás comunicar por la palabra y la doctrina tu instante de iluminación. Muchas cosas encierra la doctrina del gran Buda. Muchas cosas enseña: comportarse honestamente, evitar el mal. Pero esta doctrina, tan esclarecida y respetable, no dice el secreto de lo que el sublime mismo ha vivido, él sólo, entre centenares de miles de seres humanos. Esto es lo que he pensado y discernido al escucharte. Y es también por esta razón que continuaré mis peregrinaciones... no para buscar otra doctrina, pues sé que no existe mejor, sino para alejarme de todas las doctrinas y de todos los maestros. He de alcanzar solo mi objetivo o morir. Pero a menudo, oh Sublime, a menudo recordaré este día, esta hora en que me fue dado contemplar a un santo.

Siddhartha.
Herman Hesse.

Tuesday, April 7, 2009

Paz y Borges


¿De qué pueden hablar los dioses?

Epitaphe de Moliere


Aquí yace Moliere, el rey de los actores. En estos momentos hace de muerto y de verdad que bien lo hace.

Monday, March 9, 2009

Amor constante más allá de la muerte


Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare al blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;

mas no de esotra parte en la ribera
dejará la memoria, en donde ardía;
nadar sobre mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa.

Alma a quien todo un Dios prisión ha sido
venas que humor a tanto fuego han dado,
médulas que han gloriosamente ardido:

su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, más tendrán sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado


Francisco de Quevedo.

Sunday, March 8, 2009

Lo Imposible


¡Ah! esta vida de mi infancia, la enorme brecha hacia todos los tiempos, sobrenaturalmente sobrio, aun más desinteresado que el mejor de los mendigos, orgulloso de ser apátrida y carecer de amistades, que estupidez todo aquello. Y sólo hasta hoy me doy cuenta.
Tuve razón en despreciar esos buenos hombres que no pierden la ocasión de una caricia, parásitos de la limpieza y la salud de nuestras mujeres, ahora que ellas están tan poco de acuerdo con nosotros.
Tuve razón en todos mis desdenes, así pues ¡me evado!, ¡me evado!
Me explico.
Ayer aún suspiraba: Cielo somos tantos los condenados en la tierra. Llevo tanto tiempo entre esta turba. Los conozco a todos: nos reconocemos siempre; nos repugnamos. Desconocemos la caridad. Pero somos educados, y nuestras relaciones con el mundo son las más convenientes.

Saturday, February 28, 2009

La transgresión de la belleza


Una noche le clavó los dientes, le mordió el hombro hasta sacarle sangre porque él se dejaba ir de lado, un poco perdido ya, y hubo un confuso pacto sin palabras, Oliveira sintió como si la maga esperara de él la muerte, algo en ella que no era su yo despierto, una oscura forma reclamandole una aniquilación, la lenta cuchillada boca arriba que rompe las estrellas de la noche y devuelve el espacio a las preguntas y los terrores. Sólo esa vez, excentrado como un matador mítico para quien matar es devolver el toro al mar y el mar al cielo, vejó a la Maga en una larga noche de la que poco hablaron luego, la hizo Pasifae, la dobló y la usó como un adolescente, la conoció y le exigió las servidumbres de la más triste puta, la magnificó a constelación, la tuvo entre los brazos oliendo a sangre, le hizo beber el semen que corre por la boca como el desafío al Logos, le chupó la sombra del vientre y de la grupa y se la alzó hasta la cara para untarla de sí misma en esa última operación de conocimiento que sólo el hombre puede dar a la mujer, la exasperó con piel y pelo y baba y quejas, la vació hasta lo último de su fuerza magnífica, la tiró contra una almohada y una sábana y la sintió llorar de felicidad contra su cara que un nuevo cigarrillo devolvía a la noche del cuarto y del hotel.

Más tarde Oliveira le preocupó que ella se creyera colmada, que los juegos buscaran asecender a sacrificio. Temía sobre todo la forma más sútil de la gratitud que se vuelve cariño canino; no quería que la libertad, única ropa que le caía bien a la Maga, se perdiera en una feminidad diligente. Se tranquilizó porque la vuuelta de la Maga al plano del café negro y la visita al bidé se vio señalada por una recaída en la peor de las confusiones. Maltratada de absoluto durante esa noche, abierta a una porosidad de espacio que late y se expande, sus primeras palabras de este lado tenían que azotarla como látigos, y su vuelta al borde de la cama, imagen de una consternación progresiva busca neutralizarse con sonrisas y una vaga esperanza, dejó particularmente satisfecho a Oliveira.

Fragmento del capítulo cinco de Rayuela.

Julio Cortázar.

Wednesday, February 25, 2009

Carta de Sam Houston a Andrew Jackson


México es un país con grandes recursos naturales, que podría levantar cabeza bajo un gobierno responsable y honesto. Entre sus políticos hay hombres con grandes luces, relegados a segundo plano por la insaciable ambición de los militares. Si alguno de ellos logra sostenerse en el poder, quizá México tenga la fuerza suficiente para reclamar con las armas el territorio del que ha sido despojado. Debemos, por tanto, fomentar la discordia civil por todos los medios a nuestro alcance y para ello puede sernos muy útil el general Antonio López de Santa Anna, quien en los últimos diez años ha sido cabecilla de otros tantos pronunciamientos. Contra el sentir de muchos convencionistas, que desearían comérselo vivo, prefiero dejar en libertad al ave depredadora. Te suplico reconsideres tu posición y le concedas una entrevista en Washington. La conferencia no reportaría beneficio alguno, pero serviría de pretexto para ponerlo a salvo y facilitarte el regreso a su patria, donde será nuestro mejor agente subversibo. Con su díscolo genio agitando la arena política, ningún gobierno podrá enderezar la nave del Estado y México se mantendrá sumido en el caos, donde nos conviene que permanezca por mucho tiempo, para que su débil ejército no pueda impedir las futuras anexiones de Arizona, Colorado y las dos Californias.

Sam Houston.

Monday, February 23, 2009

México


En México todo lo auténtico y noble es débil y efímero. Sólo es fuerte y duradero el poder de la mentira.

Francisco Zarco.

Thursday, February 19, 2009

Apéndice: La dialéctica de la soledad


El hombre tampoco puede elegir. El círculo de sus posibilidades es muy reducido. Niño, descubre la feminidad en la madre o en las hermanas. Y desde entonces el amor se identifica con lo prohibido. Nuestro erotismo está condicionado por el horror y la atracción del incesto. Por otra parte, la vida moderna estimula innecesariamente nuestra sensualidad, al mismo tiempo que la inhibe con toda clase de interdicciones de clase, de moral y hasta de higiene. La culpa es la espuela y el freno del deseo. Todo limita nuestra elección. Estamos constreñidos a someter nuestras aficiones profundas a la imagen femenina que nuestro círculo social nos impone. Es difícil amar a personas de otra raza, de otra lengua o de otra clase, a pesar de que no sea imposible que el rubio prefiera a las negras y éstas a los chinos, ni que el señor se enamore de su criada o a la inversa. Semejantes posibilidades nos hacen enrojecer. Incapaces de elegir, seleccionamos a nuestra esposa entre las mujeres que nos "convienen". Jamás confesaremos que nos hemos unido a veces para siempre con una mujer que acaso no amamos y que, aunque nos ame, es incapaz de salir de sí misma y mostrarse tal cual es. La frase de Swan: "Y pensar que he perdido los mejores años de mi vida con una mujer que no era mi tipo", la pueden repetir, a la hora de su muerte, la mayor parte de los hombres modernos. Y las mujeres.

Octavio Paz.

Monday, February 16, 2009

Canción de otoño en primavera


Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer.

Plural ha sido la celeste
historia de mi corazón.
Era una dulce niña, en este
mundo de duelo y aflicción.

Miraba como el alba pura;
sonreía como una flor.
Era su cabellera obscura
hecha de noche y de dolor.

Yo era tímido como un niño.
Ella, naturalmente, fue,
para mi amor hecho de armiño,
Herodías y Salomé...

Juventud, divino tesoro
¡ya te vas para no volver...!
Cuando quiero llorar, no lloro,
y a veces lloro sin querer...

La otra fue más sensitiva,
y más consoladora y más
halagadora y expresiva,
cual no pensé encontrar jamás.

Pues a su continua ternura
una pasión violenta unía.
En un peplo de gasa pura
una bacante se envolvía...

En sus brazos tomó mi ensueño
y lo arrulló como a un bebé...
Y le mató, triste y pequeño
falto de luz, falto de fe...

Juventud, divino tesoro,
¡te fuiste para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro,
y a veces lloro sin querer...

Otra juzgó que era mi boca
el estuche de su pasión
y que me roería, loca,
con sus dientes el corazón

poniendo en un amor de exceso
la mira de su voluntad,
mientras eran abrazo y beso
síntesis de la eternidad:

y de nuestra carne ligera
imaginar siempre un Edén,
sin pensar que la Primavera
y la carne acaban también...

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!...
Cuando quiero llorar, no lloro,
¡y a veces lloro sin querer!

¡Y las demás!, en tantos climas,
en tantas tierras, siempre son,
si no pretexto de mis rimas,
fantasmas de mi corazón.

En vano busqué a la princesa
que estaba triste de esperar.
La vida es dura. Amarga y pesa.
¡Ya no hay princesa que cantar!

Mas a pesar del tiempo terco,
mi sed de amor no tiene fin;
con el cabello gris me acerco
a los rosales del jardín...

Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!...
Cuando quiero llorar, no lloro,
y a veces lloro sin querer...

¡Mas es mía el Alba de oro!


Wednesday, February 11, 2009

Capítulo 93.


Pero el amor, esa palabra... Moralista Horacio, temeroso de pasiones sin una razón de aguas hondas, desconcertado y arisco en la ciudad donde el amor se llama con todos los nombres de todas las calles, de todas las casas, de todos los pisos, de todas las habitaciones, de todas las camas de todos los sueños, de todos los olvidos o los recuerdos. Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitas a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sosteniendo de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la operación del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivís en la salud, después de mí será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños. Tan triste oyendo al cínico Horacio que quiere un amor pasaporte, amor pasamontañas, amor llave, amor revólver, amor que le dé los mil ojos de Argos, la ubicuidad, el silencio desde done la música es posible, la raíz desde donde se podría empezar a tejer una lengua. Y es tonto porque todo eso duerme un poco en vos, no habría más que sumergirte en un vaso de agua como una flor japonesa y poco a poco empezarían a brotar los pétalos coloreados, se hincharían las formas combadas, crecería la hermosura. Dadora de infinito, yo no sé tomar, perdoname. Me estás alcanzando una manzana y yo he dejado los dientes en la mesa de luz. Stop, ya está bien así. También puedo ser grosero, fijate. Pero fijate bien, porque no es gratuito.
¿Por qué stop? Por miedo de empezar las fabricaciones, son tan fáciles. Scas una idea de ahí, un sentimiento del otro estante, los atas con ayuda de palabras, perras negras y resulta que te quiero. Total parcial: te quiero. Total general: te amo. Así viven muchos amigos míos, sin hablar de un tío y dos primos, convencidos del amor-que-sienten-por-sus-esposas. De la palabra a los actos, che; en general sin verba no hay res. Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al vesre. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar los huesos cuando salís de un concierto. Pero estoy sólo en mi pieza, caigo en artilugios de escriba, las perras negras se vengan como pueden, me mordisquean desde abajo de la mesa. ¿Se dice abajo o debajo? Lo mismo te muerden. ¿Por qué, por qué, pourquoi, why, warum perchè este horror a las perras negras? Miralas ahí en ese poema de Nashe, convertidas en abejas. Y ahí, en dos versos de Octavio Paz, muslos de sol, recintos del verano.

Fragmento del capítulo 93 de Rayuela.
Julio Cortázar.

Tuesday, February 10, 2009

El peso y la levedad


¿Pero es de verdad terrible el peso y maravillosa la levedad?
La carga más pesada nos destroza, somos derribados por ella, nos aplasta contra la tierra. Pero en la poesía, la mujer desea cargar con el peso del cuerpo del hombre. La carga más pesada es por lo tanto, a la vez, la imágen de la más intensa plenitud de la vida. Cuanto más pesada sea la carga, más a ras de tierra estará nuestra vida, más real y verdadera será.
Por el contrario, la ausencia absoluta de carga hace que el hombre se vuelva más ligero que el aire, vuele hacia lo alto, se distancie de la tierra, de su ser terreno, que sea real sólo a medias y sus movimientos sean tan libres como insignificantes.
¿Entonces, que hemos de elegir, el peso o la levedad? ¿Qué es lo positivo el peso o la levedad?
Parménides respondió: la levedad es positiva, el peso es negativo.
¿Tenía razón o no? Es una incógnita. Sólo una cosa es segura: la contradicción entre peso y levedad es la más misteriosa y equívoca de todas las contradicciones.


Fragmento de la insoportable levedad del ser.
Milan Kundera

Sunday, February 8, 2009

El ritmo vital


Para el sabio, la vida no es sino un acuerdo con los movimientos del cielo; la muerte, una faceta de la ley universal del cambio. Si descansa, comparte los poderes ocultos del Yin; si trabaja, se mece en el oleaje del Yang. No busca ganancias y es invulnerable a las pérdidas; responde sólo si le preguntan; se mueve, si lo empujan. Olvida el saber de los libros y los artificios de los filósofos y obedece el ritmo de la naturaleza. Su vida es una barca que conducen aguas indiferentes; su muerte, un reposo sin orillas. El agua es límpida si nada extraño a ella la obscurece; inmóvil, si nada la agita; si algo la obstruye, deja de fluir, se encrespa y pierde su transparencia. Como el agua es el hombre y sus poderes naturales.

Formas de Vida


Pero hay otros: sus pensamientos son sublimes sin ser rígidos; nunca han aspirado a la virtud y son perfectos; no logran victorias para el Estado ni otorgan renombre a su patria y, no obstante, influyen secretamente en su pueblo; conquistan la quietud lejos de arroyos y lagos; viven muchos años y jamás practican el arte de respirar; se despojan de todo y no carecen de nada; pasivos, marchan sin objeto y sin deseo, pero todo lo que es deseable está al alcance de su mano. Tal es la ley del cielo y la tierra, tales los poderes del sabio. Quietud, pasividad, pobreza, la substancia del Método, el secreto de nuestros poderes. El sabio reposa; porque reposa, está en paz; su paz es serenidad. Al pacífico y sereno no lo asaltan ni dañan alegría o tristeza. Intacto, entero, unido a sí mismo y a su ser interior, es invencible.

Viajes


En su juventud Lao-Tzu amaba los viajes. El sabio Cheng-Tzu le dijo: ¿Por qué te gusta tanto viajar?. Para mí, dijo Lao-Tzu, el placer del viaje reside en la contemplación de la variedad. Algunas gentes viajan y sólo ven lo que tienen delante de los ojos; cuando yo viajo, contemplo el incesante fenómeno del cambio. A lo que respondió el otro: Me pregunto si tus viajes son de veras distintos a los de los otros. Siempre que vemos algo, contemplamos algo que está cambiando; y casi siempre, al ver eso que cambia, no nos damos cuenta de nuestros propios cambios. Los que se toman trabajos sin cuento para viajar, ni siquiera piensan que el arte de ver los cambios es también el arte de quedarse inmóvil. El viajero cuya mirada se dirige hacia su propio ser, puede encontrar en él mismo todo lo que busca. Esta es la forma más perfecta del viaje; la otra es, en verdad, una manera muy limitada de cambiar y contemplar los cambios.
Convencido de que hasta entonces había ignorado el significado real del viaje, Lao-Tzu dejó de salir. Al cabo del tiempo, Cheng-Tzu lo visitó: Ahora si puedes convertirte en un verdadero viajero. El gran viajero no sabe adónde va; el que de verdad contempla, ignora lo que ve. Sus viajes no lo llevan a una parte de la creación y luego a otro; sus ojos no miran un objeto y después otro; todo lo ve junto. A esto es a lo que llamo contemplación

Friday, February 6, 2009

Olvido


Cierra los ojos y a oscuras piérdete
bajo el follaje rojo de tus párpados.
Húndete en esas espirales
del sonido que zumba y cae
y suena allí, remoto,
hacia el sitio del tímpano,
como una catarata ensordecida.

Hunde tu ser a oscuras,
anégate la piel,
y más, en tus entrañas;
que te deslumbre y ciegue
el hueso, lívida centella,
y entre simas y golfos de tiniebla
abra su azul penacho al fuego fatuo.

En esa sombra líquida del sueño
moja tu desnudez;
abandona tu forma, espuma
que no sabe quien dejó en la orilla;
piérdete en ti, infinita,
en tu infinito ser,
ser que se pierde en otro mar:
olvídate y olvídame.

En ese olvido sin edad ni fondo,
labios, besos, amor, todo renace:
las estrellas son hijas de la noche.

Octavio Paz

Saturday, January 10, 2009

Poemas de Alberto Caeiro


No creo en Dios porque nunca lo he visto
Si él quisiera que yo creyese en él
Sin duda que vendría a hablar conmigo
Empujaría la puerta y entraría
Diciéndome: ¡Aquí estoy!

(Tal vez esto suene ridículo
Para aquel que, por no saber lo que es mirar las cosas,
No comprende al que habla de ellas
Con el modo de hablar que enseña el verlas de verdad)

Si Dios es las flores y los árboles,
Los montes, el sol y el claro de luna,
Entonces creo en él,
Creo en él a todas horas,
Toda mi vida es oración y misa,
Una comunión con los ojos y los oídos.

Pero si Dios es los árboles y las flores,
Los montes, la luna, el sol,
¿Para qué lo llamo Dios?
Lo llamo flores, árboles, montes, luna, sol

Si él se ha hecho, para que yo lo vea,
Sol y luna y flores y árboles y montes,
Si él se me presenta como un árbol y monte
Y claro de luna y sol y flor,
Es porque quiere que yo lo conozca
como árbol, monte, luna, sol, flor.
Y yo lo obedezco
(¿Sé yo más de Dios que Dios de sí mismo?)
Lo obedezco viviendo espontáneamente,
Como uno que abre los ojos y ve,
Y lo llamo luna y sol y flores y árboles y montes
Y lo amo sin pensar en él
Y lo pienso con los ojos y los oídos
Y ando con él a todas horas.


Thursday, January 8, 2009

In memoriam, "Samuel Philips Huntington"


"Occidente no conquistó al mundo por la superioridad de sus ideas, valores o religión, sino por la superioridad en aplicar la violencia organizada. Los occidentales suelen olvidarse de este hecho, los no-occidentales nunca lo olvidan."

Samuel P Huntington.

Thursday, January 1, 2009

Butterfly


One day Chuang Tzu fell asleep, and while he slept he dreamed that he was a butterfly, flying happily about. And this butterfly did not know that it was Chuang Tzu dreaming. Then he awoke, to all appearances himself again, but now he did not know whether he was a man dreaming that he was a butterfly or a butterfly dreaming that he was a man.