Entrevista de Elena Poniatowska a Octavio Paz, México D.F Agosto 1967.
EP - Octavio, muchos escritores necesitan - y cada vez lo declaran más abiertamente - huir de México para poder escribir. Y sin embargo están ardidos, actuán en cierta forma como víctimas.
¿Tú consideras a México como el gran verdugo? Y no sólo a México, sino a toda América Latina. Por ejemplo, Mario Vargas Llosa se asfixia en Perú y Carlos Fuentes ha dicho a gritos que puede trabajar y se siente mejor en Europa que aquí.
OP - Es evidente que esa actitud psicológica les sirve a los escritores. Sin esa rabia escribirían mucho menos. Es una fortuna que Carlos Fuentes se sienta perseguido. El caso de Vargas Llosa lo conozco menos, pero debe ser lo mismo o aún más asfixiante. Aprte de eso, creo que toda sociedad opone dificutades a quien escribe, entre otras razones porque el escritor dice cosas nuevas o que están fuera de la ley, del lenguaje, fuera del juego. Significa crítica de los valores, de la moral, de la sociedad.
EP - Pero, ¿América Latina?
OP - En América Latina se agrava porque no hay crítica. Hay algunos buenos críticos, pero no hay crítica ni cultura.
EP - ¿Y las diferencias culturales entre los países?
OP - Subsisten, pero hay curiosidad por conocerse. Así vemos cómo los europeos se interesan muchísimo por el arte mexicano o por el negro y cómo, al mismo tiempo, los mexicanos de pronto tratan de asimilar lo europeo o lo americano o lo japonés. Ahora bien, ¿que es lo que ha ocurrido? Como no hay crítica en America Latina, su función la estan ejerciendo Nueva York, París y Londres, lo cual me parece terrible y monstruoso. Es el fenómeno que esta ocurriendo, no porque los críticos europeos o los norteamericanos quieran usurpar el sitio de los críticos latinoamericanos, sino porque no hay o existe muy poca crítica en América Latina. Resulta que primero se habla en París o en Milan de Carlos Fuentes o de Julio Cortázar que en México y en Buenos Aires.
EP- Entonces, ¿tú crees que todos los escritores latinoamericanos van a Europa justamente por eso, porque allá van a tener la respuesta?
OP - No, yo creo que se van porque allá viven con más amplitud que en los países donde no hay cultura o libertad de expresión, como en la mayor parte de América Latina; o bien, en los países en donde la situación social del escritor se vuelve incómoda porque las relaciones humanas, las relaciones literarias son ásperas, como México.
EP - ¿Por qué son ásperas en México?
- Con eso no quiero decir que las relaciones sean muy buenas en Europa o en los Estados Unidos, porque, Elena, nadie puede vivir en el paraíso, es imposible.
EP - Octavio, muchos escritores necesitan - y cada vez lo declaran más abiertamente - huir de México para poder escribir. Y sin embargo están ardidos, actuán en cierta forma como víctimas.
¿Tú consideras a México como el gran verdugo? Y no sólo a México, sino a toda América Latina. Por ejemplo, Mario Vargas Llosa se asfixia en Perú y Carlos Fuentes ha dicho a gritos que puede trabajar y se siente mejor en Europa que aquí.
OP - Es evidente que esa actitud psicológica les sirve a los escritores. Sin esa rabia escribirían mucho menos. Es una fortuna que Carlos Fuentes se sienta perseguido. El caso de Vargas Llosa lo conozco menos, pero debe ser lo mismo o aún más asfixiante. Aprte de eso, creo que toda sociedad opone dificutades a quien escribe, entre otras razones porque el escritor dice cosas nuevas o que están fuera de la ley, del lenguaje, fuera del juego. Significa crítica de los valores, de la moral, de la sociedad.
EP - Pero, ¿América Latina?
OP - En América Latina se agrava porque no hay crítica. Hay algunos buenos críticos, pero no hay crítica ni cultura.
EP - ¿Y las diferencias culturales entre los países?
OP - Subsisten, pero hay curiosidad por conocerse. Así vemos cómo los europeos se interesan muchísimo por el arte mexicano o por el negro y cómo, al mismo tiempo, los mexicanos de pronto tratan de asimilar lo europeo o lo americano o lo japonés. Ahora bien, ¿que es lo que ha ocurrido? Como no hay crítica en America Latina, su función la estan ejerciendo Nueva York, París y Londres, lo cual me parece terrible y monstruoso. Es el fenómeno que esta ocurriendo, no porque los críticos europeos o los norteamericanos quieran usurpar el sitio de los críticos latinoamericanos, sino porque no hay o existe muy poca crítica en América Latina. Resulta que primero se habla en París o en Milan de Carlos Fuentes o de Julio Cortázar que en México y en Buenos Aires.
EP- Entonces, ¿tú crees que todos los escritores latinoamericanos van a Europa justamente por eso, porque allá van a tener la respuesta?
OP - No, yo creo que se van porque allá viven con más amplitud que en los países donde no hay cultura o libertad de expresión, como en la mayor parte de América Latina; o bien, en los países en donde la situación social del escritor se vuelve incómoda porque las relaciones humanas, las relaciones literarias son ásperas, como México.
EP - ¿Por qué son ásperas en México?
- Con eso no quiero decir que las relaciones sean muy buenas en Europa o en los Estados Unidos, porque, Elena, nadie puede vivir en el paraíso, es imposible.
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